Diario de Calcuta (viernes, 21 de enero de 2011)

Hoy, 21 de enero, último día de nuestra estancia en Kolkata, aunque no ha sido un día completo he disfrutado mucho de la mañana. Me he despedido de la Hermana María y de la MADRE TERESA, sin lugar a dudas he sentido que no era una despedida definitiva sino un paréntesis temporal hasta la próxima vez que venga.

Para regresar a Sudder Street he cogido un motorickshaw, he disfrutado mucho sintiendo el viento en la cara por la velocidad que llevaba, la alegría de la música y la alegría que yo llevaba en mi interior de volver a España sana y salva; además hacía un día muy bonito y con mucho sol.

He estado en “La taberna vasca” despidiéndome de una gran persona que vive en Kolkata y que a llegado a nuestros corazones, ha sido capaz de ver en nuestros ojos todo el amor y las ganas de transmitir a los demás que somos dos personas con vidas paralelas, caminando juntas en diferentes planos. También me he despedido del resto de personas que conocía. 

Después me he ido en busca de una bolsa para meter las cosas. He disfrutado mucho paseando por las calles del New Market, aunque con pena por marcharme, me he ido al hotel a preparar la maleta.

Me he ido a repartir mi ropa a dos tiradores de rickshaws, si los que van tirando del carrito mientras vas sentado encima, les he dado una bolsa de ropa a cada uno, le ha hecho mucha ilusión. Cuando he vuelto a parar, uno de ellos me ha llamado para que viera que se había puesto mi camiseta debajo de su camisa, me ha dado alegría ver que esta ropa ha servido para ayudar a alguien necesitado.

Me he tomado mi última media cerveza en el Fairlawn para despedirme y hemos comido en el “Blue Sky”, donde también me he despedido de los camareros con la sensación de que volveré a verlos.

Para finalizar mi día en Kolkata he tomado un gran café con una tarta de chocolate, rápido para el hotel a recoger la maleta, taxi y al aeropuerto.
Después de hora y media de camino hemos llegado al aeropuerto y cual ha sido mi sorpresa cuando no han dejado pasar a Josep hasta la zona de facturación y se me ha complicado un poco todo. Llevaba exceso de peso en el equipaje, 9 kg de más, no he podido darle nada a Josep y me ha tocado pagar religiosamente, no he tenido otra opción. El idioma inglés es imprescindible para ciertas cosas.

Pero mis vicisitudes no acababan con el exceso de peso…, al pasar la maleta por el scanner me han indicado que se veía algo sospechoso, le digo que no llevo nada que no esté permitido, pero nada se ha hecho el sueco y con cara de desconfianza me ha dicho que tenía que abrir la maleta, solo me ha faltado ponerme de rodillas, pero ante alguien seco y serio no había nada que hacer. No me lo podía creer, con la maleta precintada de celofán, me la han abierto y han buscado algo, pero no han encontrado nada, mientras yo diciéndole que lo iba a colocar él, jajajajaja!!!

Un guía que venía conmigo no hacía más que tranquilizarme, yo diciéndole que me estaba hartando, que no llevaba nada en absoluto y ellos erre que erre, toda la maleta para afuera y luego me lo han colocado de mala manera. La anécdota ha sido cuando ha visto un saris blanco, muy bonito, se le ha puesto cara alegre y me ha dicho: muy bonito para fiesta, jajajaja!!! A partir de ese momento todo han sido sonrisas por su parte, después me ha ayudado a precintar la maleta el guía que me había acompañado desde la entrada y le estoy muy agradecida por ello.

Algo muy sorprendente que me ha sucedido después de pasar todos los controles antes de embarcar y cuando estaba relajada tomándome un café, ha sido que he visto a una Hermana de la Caridad de la Casa de la MADRE TERESA, me he acercado y le he preguntado si hablaba español y la respuesta ha sido afirmativa, que bien. Nos hemos presentado y ha resultado ser la Madre Preman, ha sido impresionante para los dos conocernos porque yo quería conocerla y no pudo ser anteriormente, ella conocía la historia de LAURA.

Mientras la Madre Preman y yo estábamos hablando ha llegado un empleado del aeropuerto y le ha pedido que le mostrara su billete, directamente le ha cambiado su asiento por uno en la fila 7, ella no lo ha entendido y yo estaba impresionada porque yo tenía el asiento en la misma fila 7. Cuando le he enseñado mi billete no dábamos crédito a lo que estábamos viendo, yo dije: “LAURA eres tu” y la Madre Preman me dijo: “Dios lo hace”, alucinábamos las dos.

LAURA, una vez más estabas conmigo y me lo he pasado genial, no hemos reído mucho.
 

Vaya viaje LAURA, solo nosotras lo sabemos, no se puede explicar, es alucinante, algo increíble.

SIEMPRE JUNTITAS. SEGURO QUE VOLVEMOS.

TE QUIERO LAURIINA!!!

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